«ZUMIRIKI es ese territorio mágico donde habitan nuestros espíritus y donde podemos esperar milagros. Un banquete para el alma narrado como un diario a través de los recuerdos de la infancia que se van poblando de fantasmas, criaturas nocturnas, árboles con nombres y pastores ancianos. Construido a través de majestuosos saltos, giros, vueltas y dardos del pensamiento, su protagonista se revela como un náufrago, pero también como un arqueólogo. En parte es un monje y en parte un artis­ta de la performance. Oskar Alegria ha creado una exquisita memoria cinematográfica que revela la soledad como una suerte de paraíso. Zumiriki es una antropología del tiempo. También una obra maestra».

Alan Berliner